MI MANO


Puedo escuchar como si aún estuviera golpeando el cristal de mi ventana, la lluvia que hace días no cesó de bailar en la noche. 

 Puñaladas vestidas de agua que amenazaban con entrar y herir sin piedad nuestra madrugada.

No podía dormir, las vueltas en la cama no eran sino espirales que me obligaban una y otra vez a bajar unas escaleras y abrirle la puerta a la nada.

Busqué tu mano allí abajo una y otra vez, la desesperación se apoderaba de mí, no te encontraba.

Y huí. Hui de la noche, de la lluvia, de mí y de nuestra cama.

Y ahora no es el ruido de la lluvia quien no sale de mi cabeza, es el recuerdo de tu cara de niño durmiendo solo. Dulce rostro que se aferra a la almohada con el ansia de soñar más profundo.

Ya estoy aquí, no temas….si te despiertas en medio de la noche, coge mi mano.

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