COLORES

¿Cuál es tu color preferido?

Vaya, no soy capaz de responder a esta pregunta. Al menos con una sola palabra. Necesitaría tantos matices como colores existen para dar una respuesta con un mínimo de seguridad.

Que tontería, ¿no? Puede ser. Sin embargo me inquietó por unos minutos el hecho de no tener un color favorito sobre todos los demás. Aquel con el que de alguna manera te identificas, el que define, o al que te gustaría parecerte sin más.

Haciendo memoria, y rescatando del maletero unos cuantos fotogramas de mi vida, he recaído en el hecho de que no siempre ha sido así. Más de una vez respondí sin apenas dificultad a tan vanal pregunta. Recuerdo que antes de que la adolescencia llamase a mi puerta, tenía fijación por el morado. Supongo que un color predictor de la fase en la que estaba a punto de entrar. Caprichoso, como los  quince años. Llamativo, como mis cambios de carácter. Original, tal y como se veía aquella chiquilla en aquello cuanto imaginaba antes de dormir.

Llegó el turno del azul. Una paleta llena de acuarelas en tonos cielo que tenían como lienzo una cartulina blanca en la que no dejé ni un hueco en blanco. Dibujé sonrisas, nuevas sensaciones, viejas decepciones, dibujé mi presente con ahínco y coloreé con frenesí.

Negro, llamó antes de entrar. Llevaba tiempo esperándole. Ya estaba preparada. Me envolví con sus manos y junto a ellas caminé con la satisfacción de quien sabe que ha tomado el camino correcto. Discreto, seguro, sobrio y siempre acertado.

Rojo. Me gusta la pasión que desprende. Fuerte, pasional, irracionalmente visceral. Un silbido eufórico que zarandea al silencio y le castiga de espaldas a la pared. Un motor que ruge y se mete la carretera en el bolsillo y se ríe en la cara de los semáforos.

Y blanco….el futuro. Un folio ansioso que mira de reojo esperando que le salpiquen unas gotas de tinta. La llave del arco iris. Amigo del verde y amante del naranja.

Me siento incómoda ante la pregunta que planteaba….porque responder con todo este puñado de palabras no me parece acertado. No tengo color preferido, aún seguiré esperándole….

PENTAGRAMA

Todo listo. Violonchelos solemnes que miran por encima del hombro a tímidos violines que miman sus cuerdas con caricias de aire. Flautas esbeltas y femeninas, que ponen a prueba sus pulmones y se funden en un apasionado beso con los labios que al oído les susurran

El piano, brillante como la sonrisa de un enamorado y un triángulo que rompe el silencio como el portazo de un adolescente.

Un escenario. Las luces se quedan en ropa interior para envolverlo en tonos tenues y vaporosos que caminan con sigilo entre las butacas del público.

Hoy soy un pentagrama. Sobre mi cuerpo derramadas, un puñado de notas me envuelve y me arropa en esta noche en la que me acompañan el maullido de un gato desorientado y los murmullos de aquellos otros cuatro gatos que deambulan por las aceras demorando su llegada a casa.

Do..blego el ritmo de mis pasos si veo que se me antoja caprichoso el final del camino. Cuando la aguja de mi brújula se estanca en la coordenada de la indecisión y el miedo.
Re…spiro bocanadas de paciencia en esos domingos por la tarde en los que es fácil discutir con uno mismo y ganarle el pulso al sentido común.

Mi…ro a los ojos a la noches crudas que amenazan con esperarme cada madrugada de brazos cruzados en mi alfeizar.

Fa…brico paseos por las calles de la fantasía, contigo y conmigo solos. Nadie más.
Sol…edad es mi amante fiel, la que acude cuando a nadie necesito y le cuento secretos que no me atreví a confesar a ningún amigo.

Lá...grimas rebeldes que se escapan de casa el fin de semana y no pegan ojo porque echan de menos su almohada.

Si…gilosamente bajo el telón. 

Me disipo en la voz tibia y profunda de un despistado saxofón que hace las veces de amante y me arropa con sus notas, me besa con su canción