TUS MANOS

Si, así, pasa tus grandes manos por mi espalda y haz un nudo con ellas en mi cintura. 

Apriétame fuerte, haz prisionero a ese puñado de centímetros de piel que se desliza bajo tus yemas

Me sobran los jeans, me sobra la piel, me falta el tiempo...

EL FARO

Apenas unos minutos para las ocho de la tarde, los rayos de sol se apresuran a recoger sus bártulos para despedirse por hoy de otro caluroso día.

El agua, ofrece generosa un reflejo tímido pero tan nítido y conciliador como un espejo. Se mira una y otra vez. El frescor de sus ojos verdes vaila un vals con el intenso azul de su reflejo. Apoya la cabeza en un hombro sostenido por notas de viejo violín.

Imagina uno tras uno sus sueños. Los dispone en fila y con una palmada en la espalda, les anima a subir en un barco. Y en él, viajan. Viajan muy lejos. Se aferran a una vela guerrera que se funde en un apasionado beso con el viento para acariciar kilómetros y kilómetros de salado océano.

Permanece inerte durante minutos que gustosos se convertirían en horas, hasta embrigarse y dejar que la brisa esculpiera un vestido de salitre sobre su cuerpo.

Y aguarda a la noche, su mirada respira ansiosa los segundos que hay entre su anhelo y un humilde faro erguido en alta mar. Tímidamente, se apresura a salpicar con destellos de esperanza, ese lejano horizonte.

COLUMPIO

Lunes, la vida pasa dormida en un pentagrama donde notas musicales afónicas, gritan en vano para espantar su agonía.

Viernes, más de lo mismo, su fuerza de voluntad no atisba a trazar bocetos en un cristal cada vez más empañado.

Respira agitada y se bebe con la mirada todo el aire, hasta que en sus pulmones escuece. 

Sus ojos, carceleros de sus pestañas, apenas se conforman con unas migajas de horizonte. Rayos de sol que le tienden la mano y a la vez la postran de rodillas, la ciegan, la desvisten y abraza el suelo temblando.

Así pasan los días, sentada en su columpio, meciéndo sus ideas en un vaivén entre Enero o Mayo, entre invierno o verano, entre la soledad o aferrarse su mano.....