CUENTA ATRÁS

Las dos de la madrugada. Una ventana abierta, unas cortinas que se cuelgan del cuello de un viento al que le gusta trasnochar y esa canción de Nirvana golpeando las paredes de la habitación.

Unas sábanas más libres que el grito que antes de volver a su boca, se traviste de eco desgarrado. Ese perfume que tantos días me ha acompañado a la puerta y con el que suficientes noches me he acostado. Una copa de vino que me arranca la lengua y me coge la mano.

Un revolver que yace en la mesilla, me mira de reojo, me desea, me apunta, me dispara…

Rápido, mírame a los ojos, emborráchate con ellos. Bébete mi mirada y escupe al suelo tu vergüenza. Ahora somos tres. Tú, yo y las agujas de ese maldito reloj que amenazan con dar una vuelta de 360 grados.

Ignóralas. Olvídate de cuanto te contaron, pierde la memoria, aprende en mis labios y dibuja en mi cintura.

Abrázame fuerte, tan fuerte que me hagas daño. Yo haré lo mismo.
Llévame contigo a la ventana, enséñame a olvidarme de la canción que desde hace dos horas lucha por no ahogarse en la saliva de un silencio necio y desagradecido. Llévame a la cama. Soñemos.

Cuéntame secretos que sepan a sangre y arrópame con mentiras indefensas que huelan a piruleta.

Refúgiate en mis brazos y confiésales las lágrimas que nunca salieron de los bolsillos de tu pantalón de sastre. Les haré un hueco entre las caricias anónimas y los sentimientos cifrados.

Queda poco, apenas 3 horas, mírame fuerte, duerme y si te vas por la ventana, no me despiertes.

Fue tan real…

2 comentarios:

  1. Saludos,mucha pasion en tu blog,me ha gustado lo que he leido.Seguire pasando por este rincon.
    Nos leemos ANIMATE.

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  2. Igualmente. Contrarrestaré tanta seriedad con el sentido de humor de tu blog, no lo dudes!
    Un saludo.

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