Lunes, la vida pasa dormida en un pentagrama donde notas musicales afónicas, gritan en vano para espantar su agonía.
Viernes, más de lo mismo, su fuerza de voluntad no atisba a trazar bocetos en un cristal cada vez más empañado.
Respira agitada y se bebe con la mirada todo el aire, hasta que en sus pulmones escuece.
Sus ojos, carceleros de sus pestañas, apenas se conforman con unas migajas de horizonte. Rayos de sol que le tienden la mano y a la vez la postran de rodillas, la ciegan, la desvisten y abraza el suelo temblando.
Así pasan los días, sentada en su columpio, meciéndo sus ideas en un vaivén entre Enero o Mayo, entre invierno o verano, entre la soledad o aferrarse su mano.....